Hace unos años atrás la mayoría de personas creían que, para bajar de peso, solo se debía bajar el número total de calorías. Sin embargo, esto no es cierto ya que hoy se sabe que la calidad del alimento, el estado hormonal, el estrés, la capacidad de digerir y desintoxicar de una persona son algunos de los factores que verdaderamente determinan el peso y sobre todo la salud del individuo.
A partir de este concepto errado de las calorías, la industria alimentaria empezó a desarrollar alimentos bajos en calorías y libres de grasa, puesto que las grasas aumentan el valor energético de la comida. Sin embargo, al bajar la grasa, empezaron aumentar los gramos de azúcar, teniendo como resultado, alimentos bajos en calorías, bajos en grasa, pero muy ricos en azúcares. Por otro lado, también se desarrollaron bebidas sin calorías a las cuales se les agrega edulcorantes artificiales los mismo que generan resistencia a la insulina y desbalance de los microorganismos del intestino, lo cual influye significativamente en el desarrollo de enfermedades. En consecuencia, a esto, la sociedad empezó a basar su sistema de alimentación en cantidad en lugar de calidad, causando aumento de peso, elevación de la grasa visceral (grasa entre los órganos la cual es peligrosa) y riesgo aumentado de desarrollar enfermedades metabólicas como Diabetes tipo II, Hipertensión Arterial, Enfermedad cardiovascular entre otras.
Otro de los problemas por los cuales la población general está presentando más desórdenes metabólicos, es por el consumo elevado de alimentos procesados, los cuales se caracterizan por estar llenos de aditivos, conservantes e ingredientes que estresan y sobrecargan nuestro cuerpo. Es por ello es de suma importancia aprender a leer el etiquetado nutricional para escoger nuestros alimentos más allá de las calorías, pero también para asegurarnos que nuestra elección alimenticia sea de alimentos verdaderos y no de productos.
ENTENDIENDO EL ETIQUETADO NUTRICIONAL
1. Leer la lista de ingredientes : Los ingredientes se listan según la cantidad en la cual se encuentran en el producto y van en orden de mayor a menor cantidad, por tanto, basándonos en esto es quizás mejor elegir un producto más alto en calorías pero con ingredientes saludables y reales, en lugar de un producto con bajo aporte energético pero elaborado principalmente de carbohidratos simples como harina refinada, azúcar, conservantes, edulcorantes e ingredientes que ni si quiera entendemos pero que evidentemente sobrecargan nuestro organismo.
2. Leer el tamaño de la porción y porciones por envase: Muchas veces pasa que la persona solo lee la cantidad de calorías, pero no lee cuantas porciones representa todo el producto y, al creer que el alimento es bajo en calorías, termina ingiriendo más de lo que pensó porque comió más de una porción.
3. Analizar los nutrientes del producto:
- Revisar que no haya aporte de grasas trans.
- De preferencia las grasas que vengan principalmente sean de tipo grasas mono insaturadas, puesto que estas ayudan a disminuir los procesos inflamatorios del organismo y ayudan en la salud cardiovascular.
- En los carohidratos es FUNDAMENTAl elegir aquellos alimentos cuyos carbohidratos principalmente vengan de la fibra en lugar del azúcar, puesto que el azúcar, causa que la glucosa en sangre aumente y que el cuerpo produzca la insulina la cual estimula la acumulación de grasa y eleva el riesgo de desarrollar alteraciones metabólicas. No es lo mismo consumir un alimento con 15g de carbohidrato de los cuales 8g provienen de la fibra a un alimento con 15g de carbohidrato de los cuales 15g vengan del azúcar.
- Revisar que hay aporte de proteína es clave ya que este macro nutriente a ayuda a controlar el apetito y ansiedad al mismo tiempo que alimenta el músculo. Siempre se debe elegir alimentos ricos en proteína por encima de aquellos que no la contienen.
- Evitar alimentos altos en sodio, ya que el consumo elevado de este se asocia con la Hipertensión Arterial (HTA) y además, retiene líquido y deshidrata. Si eres una persona con HTA es esencial que te fijes en este indicador y elijas adecuadamente.
- Evitar productos que aporten colorantes, aditivos, conservantes, potenciadores de sabor, edulcorantes y en general ingredientes que no puedas comprender.
La buena alimentación hoy por hoy es un reto justamente por todo lo que la industria alimentaria nos ofrece y por la información contradictoria que se puede escuchar sobre los conceptos de salud.
Mi recomendación es comer alimentos de verdad, con ingredientes reales, mucha fibra y muchos colores. Recuerda de todas maneras, que cada persona es diferente lo ideal es siempre consultar con un especialista.